15 Abr
He desayunado como una inglesa esta mañana: té con leche más pan más mermelada y mantequilla más una mandarina y… huevo frito, judías en salsa de tomate y champiñones fritos.
Por eso, no he tenido que comer algo a mediodía. A la 1 de la tarde, Montse, Sylvain y yo hemos paseado por la orilla del mar hasta las dunas de Corralejo. Hemos pasado un momentito por el barco de Montse para dejar a su perro (los perros están prohibidos en las dunas).
Disfrutábamos del día en las dunas, tomando el sol y charlando de unas cosas y otras. ¡Qué bien! Me encanta la simplicidad de estos momentos en lugares salvajes como las dunas. Tenía un sentimiento de libertad total. A las 5 y media, cuando el sol se ha puesto, hemos decidido regresar a casa. Hemos caminado por el centro de Corralejo y Montse nos ha explicado las anécdotas de los lugares y el crecimiento de la ciudad. Muy interesante.
Por la noche, he tomado una sopa de verduras, unas natillas y me he ido a la cama pronto para escribir este blog y porque mañana ¡hay surf! Ja, ja, ja…